Este sábado pasado, día 11 de junio, miembros del Ateneo han vuelto a participar en un nuevo viaje cultural, esta vez a la frontera de las provincias de Madrid, Ávila y Toledo.
Comenzamos en el Bosque Encantado de San Martín de Valdeiglesias, una zona que ha sabido conjugar la propia naturaleza del lugar con el juego y la manipulación de la mano del hombre, consiguiendo una muy buena sinopsis. Allí gozamos de la recreación de multitud de rutas y figuras de todo tipo y condición, talladas por los “manostijeras” del parque.
Después de una opípara comida en El Tiemblo, nos dirigimos a visitar los Toros de Guisando, cuatro esculturas graníticas que representan cuadrúpedos, identificados como toros o verracos, y se les atribuye una función mágico-religiosa para favorecer, según dicen, la fertilidad y la protección del ganado.
A continuación, paramos en la hermosa ciudad de Escalona, regada por el río Alberche y vigilada por su impresionante castillo y su majestuoso palacio mudéjar en su interior. Todo el recinto se encontraba engalanado por las fiestas medievales.
De ahí, la expedición nos lleva al final de nuestro recorrido, para observar las bonitas vistas de las cárcavas o Barrancas de Burujón, un enclave ubicado en este término municipal, producidas por la erosión de las aguas del pantano del Castrejón, en el curso del río Tajo. Debido al agobiante calor y la hora de la tarde, no todos se atrevieron a participar en ésta última ruta, con lo que tienen una asignatura pendiente, para posteriores ocasiones, de asistir a nuestro Cañón del Colorado español.
En definitiva, y a pesar de la ola de calor, un día muy positivo de mezcolanza de cultura, gastronomía, naturaleza y compañerismo.